sábado, 28 de noviembre de 2009

Un poco desanimadas.

Sí, desanimadas por la última visita al hospital.

Como ya os dije teníamos cita el día 26 de este mes para recoger los resultados de los análisis que nos hicimos hace un mes mas o menos. Llegamos a la sala de espera y mientras entraba y salía gente de la consulta nos fijamos que dentro había más personal de la cuenta, mucha bata blanca por ahí dentro. Pensamos "será que la ginecóloga tiene a estudiantes dentro, de prácticas" pero me extrañó porque ese hospital no tiene Facultad de Medicina, sólo el Virgen Macarena. Bueno pues cuando nos llegó la hora entramos y nos encontramos con dos doctores, un chico y una chica, no estaba la anterior ginecóloga. Son bastante jóvenes así que supuse que uno sería médico aunque de poco tiempo y la otra chica, que era aun más jóven, sería una residente.
Empezaron con los resultados de N. Le dijeron que los análisis eran normales pero que tenía una de las trompas obstruida. Primera decepción. Recordé que N. me dijo que cuando fue a hacerse la radiografía con contraste no le habían dicho que la tuviese.
Después empezó con los míos. Todo bien, sin enfermedades pero me dijo que, por mi edad, los niveles los tenía un poco bajos pero aun así estaban bien para el tratamiento.

Nos ha recetado anticonceptivos, a las dos. Para N. es normal que lo hagan ya que con el problema de la endiometrosis debe regularse para saber cuando se pone con la regla. Lo que no entiendo es por qué me los ha recetado a mí. Le dije que tengo una regla normal y muy regular, siempre sé cuando me toca y no falla pero nada, que me lo debo tomar un mes antes de empezar con todo. Les dijimos que cuánto tiempo tarda en empezar todo el proceso, ya que no queremos inseminarnos hasta casarnos, en Mayo. El ginecólogo puso una cara de "¿y para eso vienes ya?" pero la enfermera que estaba allí nos dijo que podíamos pedir cita para cuando ya hubiésemos salido de la boda y el viaje.

También nos dijeron que empezaremos el tratamiento pero que debían consultar la ley de reproducción porque "había unas lagunas" que no estaban claras. Le pregunté a la chica que qué lagunas eran esas. Me dijo que debían consultar si es legal que las dos nos inseminaramos. Le dije que claro que sí, que es legal pero me contestó que ya que somos pareja y futuro matrimonio no sabía si legalmente podíamos inseminarnos las dos. Le dije que sí que lo era, que no había problemas. En ese momento pensé en decirle "si quieres te traigo la ley de reproducción actualizada e impresa, para que la consultes" pero me callé porque me dejó en la duda. Nos dió unos papeles para que nos lo llevásemos y los firmaramos, que debemos entregarlo en la próxima cita. Son las autorizaciones para reconocer que somos pareja y que cada una está conforme con la inseminación de la otra.

Y salimos del hospital tristonas, decaídas por las noticias. Entre los problemillas físicos, que aunque no son graves sí hay que tenerlos en cuenta, y lo de la "legalidad" nos dió un bajoncillo. N. andaba de camino al coche sin decir palabra y yo venga a darle vueltas a lo de la ley.

Tenía entendido que en nuestros casos no había problemas en la asistencia para la reproducción, aunque fuesemos las dos las que queremos embarazarnos. ¿Vosotras lo sabeis? ¿Seguro que viene contemplado en la ley? Voy a leermela de nuevo y más detenidamente, a ver si me aclaro. Si no lo tengo claro iré a alguna asociación de gays y lesbianas en Sevilla, a ver qué me dicen.

martes, 24 de noviembre de 2009

Pasará...?

Hola de nuevo.

La operación de mi madre ya pasó y con buenos resultados, menos mal. Está teniendo una recuperación muy buena, ya que la intervención fue por videolaparoscopia, no tuvieron que rajar mucho. Espero que dentro de poco esté totalmente recuperada.

Ahora soy yo la que está de bajona, no sé por qué. No es nuevo, lo noto desde hace unos meses y lo achacaba a los nervios de la operación pero ahora no sé que me pasa. No tengo ganas de nada, me entristezco o enfado con facilidad, pienso que todo se me vuelve del revés y que nada merece la pena. Es una sensación de "¿para qué todo esto?". Y el colmo es cuando me pongo a pensar que si de verdad le importo a alguien, que no recibo apoyo o comprensión de nadie.

No se si soy carne de diván, quizás debería tener tiempo para mí sola, mimarme un poco pero en estos momentos debo atender a mi madre y su casa. Y también a mi abuela, que está muy mayor y era mi madre la que la atendía, ahora me toca a mí. Y el trabajo. No me queda tiempo para atender a mi casa y a N. le han vuelto los dolores de espalda, con lo cual ella tampoco puede hacer mucho.

De nada me sirve saber o que me digan que tengo dos ovarios para llevarlo todo, que siempre he tenido narices para enfrentarme a cualquier cosa o que soy fuerte. Estoy cansada de tirar del carro yo sola, necesito que me ayuden a tirar. Quizás también me conformaría con un abrazo que me hiciese sentir que no estoy sola. Pero el abrazo no llega. Cada vez lo siento más lejano y que algo se está derrumbando.

Sí, sé que esto no tiene nada que ver con un blog sobre maternidad pero necesitaba sacarlo fuera esta noche, la pena me estaba ahogando. Aunque tras airearlo por aquí vuelva a meterlo todo dentro, a seguir mascándolo.

Siento este post de mal rollo, en estos momentos no doy para más.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Una sonrisa en momentos delicados.

Pues sí, ya estaba haciendo falta ver un poco de alegría por casa.
Os cuento. Mi madre está pasando un momento bastante delicado, tiene a la vuelta de la esquina una operación muy importante que la tiene que no vive. Nosotros (toda la familia) le decimos que no se preocupe, que todo va a salir muy bien, que la cirugía ha avanzado mucho, bla bla bla... Pero para nuestros adentros sabemos que es una operación importante y que hasta que no llegue el momento y miren dentro no sabemos hasta qué punto es posible una buena recuperación. Pues así andamos en estos momentos, con las "carnes abiertas" por saber como saldrá todo.

El jueves llamé a mi madre y le pregunté si podía venir el viernes con nosotras a Sevilla a un mandaíto. Nos dijo que sí y (típico de mi madre) sin preguntar para qué. Si algo tiene mi madre es el don de la discrección. La recogimos por la mañana y allá que nos fuimos. Por el camino charlábamos y charlábamos y mi madre sin preguntar nada. Cuando ya casi llegábamos le dije que si no iba a preguntar dónde íbamos. Me dijo que se lo imaginaba (típico también, qué larga es...).
Entramos en la tienda de ropa. En este local saludamos a los dueños y nos pusimos a ver ropa. Ha adelgazado bastante y tiene poca ropa que le venga bien así que ahí que se puso a mirar. Cuando la dueña nos pudo atender nos dijo "ea, vamos a la otra tienda". Puso cara rara pero nos siguió sin decir nada. Al llegar a la otra tienda y ver el escaparate se le iluminó la cara. Tenían un traje de novia precioso en el escaparate. "Oys, qué traje más bonito", dijo. Pero cuando la mujer sacó otro traje que tenía guardado y me dijo que me lo probara su cara cambió. Por supuesto, a N. le dije que se fuese a tomar un café, que no podía verme con el traje puesto. Me lo puse y cuando mi madre me vió con el traje de novia casi se echa a llorar. Sólo sabía decir "estás preciosa, estás preciosa..." con los ojos vidriosos. Le dije qué que tal me sentaba y me dijo que muy bien, que es un traje precioso. Le solté "anda, tú que creías que tu niña no se iba a casar nunca, ¿eh?". La dueña de la tienda diciendo "ay, hija, qué bien te sienta, es que con ese tipito...". Y (orgullo de madre) "sí, siempre ha tenido muy buen tipo y aún lo tiene". Y yo pensando que les iría bien vender cupones de la ONCE, por cegatas. Pues anda que cuando vea a N. con su traje... una de dos, o yo les pareceré un guiñapo o llamarán a pasarela Cibeles a pedir trabajo para ella, la diferencia se nota.

Quizás pueda parecer un momento ñoño pero, como ya os he dicho, en estos momentos una alegría aunque sea tonta le hace mucho bien. Si os digo la verdad, el hecho de tener hijos me hace ilusión pero más aún me la hace pensar que mis padres tendrán por fin esos nietos que tanto desean, sobre todo mi madre, que le encantan los niños. Cuando la veía con un bebé en brazos, jugando y comiéndoselo a besos pensaba si algún día podría darle yo esa alegría. Ahora sí lo sé, ya queda menos.

Por cierto, el padre de N. también ha pasado por una operación parecida hace dos semanas y ya se encuentra en casa. Gracias a Dior que todo ha salido muy bien y se está recuperando rápido. Da la casualidad que los dos (mi madre y su padre) cumplen años el mismo día, el 27 de Enero. Ojalá que llegue esa fecha estando los dos totalmente recuperados y podamos celebrarlo con más motivos de alegría.