domingo, 21 de octubre de 2012

Travieso. (no tengo verg... 4).


                                                                                                 Diez meses


                                                                                                    Once meses



                                                                                                    Un año


Ains, qué resfriao más tonto he pillao...
Aquí estoy entre pañuelos de papel y cabeza cargada, pero como tengo un rato para escribir pues he aprovechado.

El peque está pa comérselo, cada día más guapo y más mayor. Es increíble lo que cambia y la de cosas que aprende al minuto, es una esponjita. La mayoría son trastadas pero encima es que tengo que reirme (no siempre, por desgracia) con las cosas que hace. En las fotos que vais a ver a partir de ahora (desde que empezó a andar con 10 meses) aparece el tesoro de la casa con chichones, porque es muy atrevido y no le da miedo nada, con lo cual pues se la dado más porrazos que un dummy de pruebas, raro era la semana que tenía la frente limpia. Menos mal que ya tiene más dominio de su cuerpecito y no se choca tanto. Al menos sabe poner las manos cuando se cae y no se lleva el cabezazo contra el suelo.

Desde que empezó a andar en el taca-taca (a los 5 meses) hemos ido quitando adornos y cosas de la casa, porque lo cogía todo. Le pusimos esponjas protectoras a las esquinas pero con unos 14 o 15 meses las arrancó a bocaos... Los cajones y puertas de muebles los tenemos con los tiradores quitados y las que aún así abría he tenido que pegarle cinta de embalar, para que no las abra. Hasta el cajoncillo de la lavadora, que me lo abría a medio lavar. Conforme va creciendo tenemos que ir quitando trastos o libros de las estanterías cada vez más altas porque se sujeta con una mano, se estira como una ardilla y con la otra lo pilla todo.
Los cuartos de baño siempre cerrados porque tiene fijación por coger la escobilla del váter, el muy guarro. O tirar cosas a la taza y tirar de la cisterna. Las ventanas bajas del salón siempre cerradas porque lo tiraba (y tira) todo, por lo visto le mola comprobar la teoría de la gravedad. Ya nos hemos aburrido de reñirle para que no se supa con las zapatillas de casa en el sofá, el remate es lavar las fundas cada dos por tres.
Ahora le ha dado por subirse a las sillas del comedor y de ahí a la mesa, con el peligro de que se caiga. Le hemos reñido miles de veces pero a él le importa un pimiento frito. Como te coja las vueltas se sube otra vez.
Desde los 15 meses come solo y no lo hace mal pero claro, tampoco lo domina completamente. Como no quiere (ni hay forma) que nadie le dé de comer pues imaginaos como se pone... y encima cuando ya no tiene más hambre juega o tira lo que le quede. Al igual que con los biberones, echa agua o lo que tenga donde sea y se dedica a restregarlo.
Su cama es altita, tiene cajones debajo, una cama y otra encima, un nido de esos. Pues ya se ha bajado más de una vez, con barrera y todo. Una de ellas lo escuché, me bajé de la cama y salí por el pasillo detrás suyo. Al llegar al salón y como no lo veía pues miré en un rincon que hace la pared con el mueble de salón. Allí se había quedao de pie riéndose y poniéndose la cortina por delante, supongo que sería para esconderse.
Y así todo el día. Que si pilla el servilletero y destroza todas las servilletas, que si coge una tiza y pinta las paredes, que si  estamos doblando ropa y tira el montón de la que ya está doblada... y hasta el infinito.

Pero tengo que reconocer que ser así le ayuda a descubrir cosas nuevas y otras veces remato diciendo "déjalo, que así está callado un rato". Léase con tono de resignación...

Al menos nos queda el consuelo de que aprende mucho. Nos ayuda a tender dándonos la ropa del barreño ("¡ten! ¡ten!", jaja), a coger del baño la ropa sucia y meterla en la lavadora, abre y cierra los tapones de rosca, le ponemos jabón en la mano y se lava las manos en el bidé o si está en la bañándose se lava la barriga o la cabeza (o por lo menos parte de ella, jajaja). Intenta ponerse los zapatos o calcetines él solo y alguna vez se ha puesto los nuestros; se quita las camisetas y para vestirlo sólo le metemos el cuello de la camiseta, él mete los brazos.
También hemos observado que es muy ordenado cuando coloca cosas, suele ponerlas por tamaños o colores. A veces hace formas y todo. ¿Casualidad? Ni idea, pero se entretiene mucho.

Eso sí, sigue sin hablar. En su idioma charla mucho pero no ha aprendido nada más, aparte del "¡ten!" para darte algo.
Pero el tema de la comida desde hace unas semanas es desesperante... Mejor os lo cuento en la próxima entrada, que esta ha quedado larguita.


3 comentarios:

  1. q bichillo esta hecho jajaja ponnos fotitos

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  2. Chicas! Estaréis "reventaitas" Vaya un pillo... pero en eso se nota que un niño es inteligente.
    Está muy guapetón.
    Besitos para los 3

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  3. Está graciosísimo!! Cómo le vas a regañar con esa carita!! ja, ja, ja..
    Besos

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