Hola, chicas, ¿cómo os va?
Antes de contaros nada quisiera contestar el comentario que me ha dejado
marisa.per, que no puedo contestarte por correo porque no lo tiene puesto en su perfil.
El tratamiento lo hemos hecho todo por el SAS (Servicio Andaluz de Salud), no hemos tenido que pagar nada, ni medicinas, ni siquiera la muestra del donante porque en Andalucía tenemos banco de semen del SAS. Y precísamente está en Granada.
Así que si te animas supongo que tu tratamiento será el mismo que el mío, ya que somos de la misma comunidad. Y no hay tanta cola como dicen, a nosotras nos llamaron para comenzar el tratamiento a los 6 meses de haber pedido el volante para la Unidad de Reproducción (y eso que nos pilló el verano en medio y cierran en Julio y Agosto).
Y a
Zi, ¿para cuándo un blog contando vuestras cositas con el bebé? Jeje, es bromita, chicas, pero es verdad que aunque no se os dé muy bien (como a mí), cuando coges carrerilla siempre hay algo que contar. La prueba esa que dices me la hicieron ya, me sacaron mil botes de sangre y el viernes me hice
la ecografía para buscar defectos físicos, y todo bien.
Bueno, y paso a contaros lo que ocurrió el sábado por la noche.
ADVERTENCIA: Si sois sensibles y encima estais embarazadas mejor no lo leais, puede haceros pasar un mal rato sin necesidad.
¿Recordais el
post anterior, contado lo bien que iba todo? Bueno, pues horas después salí de trabajar, a las 7 de la tarde. Fui a casa a ducharme, hicimos unas compras y a las 8 y media estábamos ya en casa de mi hermano. Cenamos, reimos, le cantamos cumpleaños feliz a mi hermano el pequeño (que tiene 20 años y 1,90 de alto, pero siempre será "el niño") y llegó la hora de las copitas. Yo me abstuve, claro, pero a los demás no les dió tiempo ni terminar la primera. Estaba sentada y empecé a notarme como me bajaba lo que yo creí flujo. Pensé "juer, mejor voy al baño y me limpio un poco porque noto que es bastante". Y así hice, pero para mi sorpresa, cuando me bajé las bragas las tenía empapadas de sangre (pero algo más clara, como mezclada con otro líquido). Me puse blanca, y lo primero que me salió del cuerpo fue gritar: "¡Natalia, llévame a urgencias!". Las primeras que saltaron de la silla fueron mi madre y Natalia, que habían estado pendientes de mi ida al baño y los demás vinieron detrás al ver sus caras. Nos pusimos nerviosos, mi hermano y cuñada se vistieron en un segundo y nos metimos en el coche a toda pastilla, camino del Hospital del Valme. Mi padre y el pequeño se fueron a casa, de todas formas no podrían hacer mucho en el hospital, sólo dejan que pase un familiar con el enfermo.
Llegamos a urgencias y casi no tuvimos que esperar, a los 10 minutos ya me estaban llevando a la zona de paritorios, que allí atienden las urgencias de ginecología. La doctora me preguntó qué había pasado y tras ello me dijo que me desnudara de cintura para abajo y me subiera en el potro. Cuando me bajé la ropa comprobé que la compresa que me había dado mi cuñada estaba casi llena. Ya en el potro lo primero fue meterme el espéculo, con el consiguiente dolor por mi parte. Comprobó que el sangrado venía del útero. Después metió dos dedos (esto no sé para qué fue), siguió una ecografía vaginal y otra por fuera. Me dijo que el niño seguía bien, que tenía latido. Me vestí y me dijo que esperara fuera un rato para ver si seguía sangrando o si se cortaba. A los 15 minutos de estar fuera llamé a la puerta porque notaba cómo me bajaba la sangre, en pequeños chorros. Volví a desnudarme y ya tenía la compresa totalmente empapada, me estaba manchando hasta el pantalón. Otra vez al potro y otra vez el mismo reconocimiento. Me tomaron muestra del sangrado y dijeron que tenía restos de líquido amniótico. Me cuando bajé del potro había dejado una mancha en las sábanas del potro del tamaño de una mano. Tras esperar otro rato en un sillón de allí dentro me hicieron pasar otra vez a la consulta, a darme el diagnóstico: Rotura del saco amniótico. Yo, que no había parado de llorar desde que salí de casa de mi hermano imaginaos cómo me puse cuando me dijo la doctora que con el poco tiempo de embarazo que tenía el feto no tiene posibilidad de seguir adelante, que aun no está totalmente formado. Que, aunque esté sano y con latido, quedarse sin líquido lo haría morir. Que quizás si hubiese estado de al menos 20 semanas habría posibilidades pero con tan poco tiempo... Llamó a Natalia para que pasara a consulta y le explicó lo que había. Natalia se echó a llorar también, era para menos. Se fue a solicitar cama en planta para ingresarme y allí nos dejó a las dos llorando como dos magdalenas desconsoladas. No os podeis imaginar cómo nos sentíamos, después de tantas ilusiones, de tan bien que estaba saliendo todo, y esto de buenas a primeras. A las 3 de la mañana estábamos en la planta, con la habitación asignada. Es la zona donde están todas las recien paridas y las que iban como yo, com problemas. Esperando en enfermería a que me indicaran el número de habitación escuché llorar a algún bebé y volví a echarme a llorar. ¿Por qué mi pequeño tenía que irse, si estaba bien?
Instalada ya en la habitación me pusieron suero y me dijeron que tenía dieta absoluta, por si llegaba la hora de hacerme un legrado, que no me levantase de la cama nada más que para ir al baño y que no me sentara, siempre tumbada. Pasamos lo que quedaba de noche casi sin sueño, a las 6 me pusieron un goteo de antibióticos y desde ahí no volví a cerrar los ojos. A la mañana siguiente fui al baño y vi que no sangraba con la abundancia de la noche anterior. Pasaron consulta a las 12 o así, y me mandaron abajo otra vez para hacerme una ecografía. El bebé seguía con latido y con líquido suficiente. El sangrado seguía mínimo y sólo sangre. Decidieron darme de comer, porque si seguía bien no me harían nada. Supongo que querían esperar a que no hubiese latido para intervenir.
El lunes igual, pase de consulta y nueva ecografía. El bebé bien y líquido normal. El martes, cuando pasó el médico, me dijo que si seguía con el poco sangrado y el bebé estaba bien me daría de alta al día siguiente. Le pregunté que si la bolsa podría haberse cerrado y me dijo que si hubiese estado rota hubiese perdido todo el líquido. Puse cara de "¿eing?" y le dije que en urgencias me habían dicho que la bolsa estaba rota, que me analizaron el sangrado y había dado positivo de líquido amniótico. Me dijo que sería otra cosa, que si se hubiese roto no hay manera de regenerarla y que se hubiese vaciado, y que el análisis podría estar equivocado porque la sangre engaña en los resultados. Yo, como no entiendo de esas cosas, pues me callé, normal. Me hizo otra ecografía en la misma planta (pude ir andando) y vimos al bebé muy bien. Me explicó:
"Esto oscuro que ves aquí alrededor del feto es líquido amniótico y para mi opinión es normal, hay suficiente". Ví a Chicharito con más detenimiento, cómo se movía, incluso en dos ocasiones pudimos verle toda la columna vertebral con sus costillitas y todo.
"Todo está muy bien, si sigue así puedes irte mañana a casa".
Cuando volví a la habitación se lo conté a Natalia. El descanso que nos entró fue como si nos hubiesen quitado una montaña de encima.
Ayer miércoles volvió a verme el mismo médico y lo mismo, todo muy bien, los análisis bien y otra ecografía. Vimos al pequeñín otra vez y me dijo el médico:
"Hay que ver lo que se mueve este niño". Y es verdad, ahí estaba dando patadas y manotazos como diciendo
"¿qué es esto de tanto movimiento últimamente? Dejadme tranquilo/a ya, leches". Y a las dos de la tarde me trajeron la carta de alta, con el tratamiento e indicaciones a seguir. Debo guardar reposo relativo. Vamos, del sofa a la cama, de la cama al baño y poco más. Que siga tomando los antibióticos y que vaya a los siete días a urgencias de ginecología para una revisión. De trabajar que me vaya olvidando, ya tengo la baja por la seguridad social. A las 20 semanas me daré de baja por la mutua.
¿El motivo del riesgo de aborto? Ni idea y creo que los médicos tampoco tienen ni idea porque no me han dicho nada en claro. Según mi cuñada (la hermana de Natalia, la ginecóloga), hay veces que se produce sin saber el motivo. Y me tiene que tocar a mí, vaya cenizo que tengo...
Después del susto que nos hemos llevado podemos decir que si antes estábamos ilusionadas con Chicharito pues imaginaos ahora, estamos aun más pendiente de él/ella que antes. Hemos pasado por el trance que creer que nuestro pequeñín se nos iba, y peor sabiendo que él/ella está sanito/a. Porque si te dicen que tiene alguna enfermedad o malformación pues te haces a la idea pero sabiendo que está bien... es un trago que te digan que se va estando bien. Nuestro pequeñín nos ha demostrado que va a ser un/a luchador/a desde pequeño/a, que va a tener unos huevos u ovarios bien puestos.
También debo decir que Natalia se ha portado como una gran esposa y madre, nos ha cuidado de tal manera que no se ha separado de nosotros en ningún momento. Sólo nos dejó unas horas para arreglar papeleo de la baja, ducharse y poco más. Me ha dado de comer, me ha lavado, no ha dejado que me mueva lo más mínimo. También me ha dicho que no va a inseminarse por lo menos hasta que yo no esté perfectamente bien, que quiere estar fuerte en todo momento para cuidarnos y que si tiene un embarazo malo no podría. Va a renunciar a su embarazo por el mío, por lo menos de momento, y yo sé las ganas que tiene de estar embarazada. Cada día me doy más cuenta la suerte que tengo que haberla encontrado, de habernos enamorado y compartir nuestras vidas, es la mejor. Neni, desde aquí también quiero decirte lo mucho que te quiero, aunque sabes que te lo digo mil veces al día. Que te mereces este amor y mucho más, que deseo pasar todos los días de mi vida contigo.
Y aquí seguimos Chicharito y yo,
espanzurrados en el sofá con el portátil en una bandeja con patas. Esto es lo que nos queda en bastante tiempo, incluso podría ser los 6 meses que nos quedan. Va a ser aburrido a más no poder y ya me está doliendo la espalda de tanta cama y tanto sofá. Me voy a desesperar de no poder hacer nada y que Natalia tenga que cargarse todo el trabajo. Odio sentirme tan inútil pero tengo que aguantarme por nuestro chiquitín.
Muchos besos, mamis, seguiremos por aquí y espero que en adelante sólo os demos buenas noticias. Si alguna mami con pancita ha dedidido leer el post decirle que no piensen cosas raras, que esto no va a pasarle a ninguna, van a estar todas muy bien y van a tener unos bebitos preciosos ¿ok? No vayais a rallaros, por favor, lo mío sólo ha sido mala suerte.
¡Abrazos, chicas!